Arquetipos.
El Olimpo a mis pies se muestra menos dionisíaco de lo que prometieron los
tiempos y acertó a ver el oráculo,
demasiado vidente para este ambiente repleto de humo.
Los dioses se postran en la tierra con las esperanzas puestas
en aquellos que mueren cien veces antes de nacer.
Pero nadie escucha.
Nadie advierte que quienes los despojaron
son los mismos que ahora intentan calzar sus hábitos,
con barro en los bajos y pájaros carroñeros en el punto más alto de la sien.
Sus sueños vacíos,
sus esperanzas simples movimientos que no soportan ningún templo,
sus pies descalzos han quemado el asfalto y
todos piensan cómo se podrían igualar.
Todos al unísono cansado del mismo aire intoxicado
y de los colores combinados para que no sobresalgan
sobre la primera clase estamental.
18.6.11
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