Más que palabras.
Escribo porque el mundo es sordo cuando pasa por delante
un cuerpo con alma que quiere devastar las lunas establecidas.
Escribo porque a veces se me olvida hablar.
Escribo para salvar a los caballos,
los pozos y los olmos
con mi delicada y pobre dialéctica engordada con piensos de escuela
y pasto de anticuario.
Escribo porque soy mortal
y vivo de palabras ajenas.
Escribo para resucitar a los poetas inmortales
que mecen sus cabellos entre mis hombros elogiando al sol.
Escribo porque la luz me quema
y la penumbra también,
y sólo calman mis heridas los ritmos ocultos entre tanta floritura.
Escribo porque no quiero olvidar cómo se calla ni cómo se bendice.
Escribo cuando quiero ofrecer más de lo permitido
en una sociedad que reduce los himnos a cánticos de victoria estival.
16.6.11
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