XXXIX
Soy la visión de lo que lucho y sangro entre las mantas,
de lo que escribo y respiro,
de lo que sueño y me trastoca.
Soy el alma de lo que quiero ser.
Soy poeta. Y vendedora de palabras que
no se entienden, ni se exponen en primera plana.
Soy la única luz en mi ventana.
Las horas, los días y los restos.
Soy camino. Y escribo cuanto quiero.
Ni el frío ni el destino pudieron aun conmigo.
Aparto de un disparo el miedo que
se cura con versos que no riman al final.
Soy el mundo. El único que sigo y
que hago girar en mi sentido.
Soy la sombra de otros pasos destrozados
y aquí, en estos brazos, en este momento,
no queda sitio para dos.
(27.1.11)
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