Antihéroes en la planta de los pies.
Soy sólo yo quien pretende caer hasta el límite,
para que luego me coman los reptiles
dejándome huérfana de carne viva.
Me he quedado sólo yo en esta guerra.
Ya no quiero compañeros ni rivales
-cuaso más daños de los que puedo costear-.
Y el único motor,
el único argumento
y la única verdad
es que algo me impide relajar los músculos de la cara.
6.2.12
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