Tiendo a tergiversar las palabras y la realidad...
No guardo rencor, ni sueños, ni recuerdos de esos
que la gente tatuaría en su piel.
Cuando tengo que ser alguien, recurro a docenas de
sacrílegos comportamientos aplastados,
sin mirar al frente,
por salir del paso, más bien.
Y una vez de vuelta en mi nido iracundo
blasfemo ante la idea de haber hecho salir el sol para nada.
Estoy conmovida por la ilusión de una tierra prometida que,
de utópica, peca de real.
2.12.11
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