Espacio interior.
Antes de que chocasen las estrellas
y la manzana fuera manzana,
mucho antes,
yo ya soñaba con estar aquí.
Antes de que ningún hombre dijera mi nombre
y de que las sombras formasen su obsesión persecutoria,
aun antes de que las musas fueran diez,
mis manos ya soñaban con escupir tinta y palabras
avocadas a las páginas más versátiles,
que paren estrías en lugar de besos,
que plastifican los huecos que el resto quieren olvidar.
Y después de que mi yo fuera verbo obviando el parecer,
una nueva colisión se muerde el desconcierto,
apretando los dientes contra el suelo ramificado de
pasiones venideras atontadas
que siempre piensan por llegar a más sin contar con el mundo externo.
...desde que supo que era redondo, no ha vuelto a girar en el hemisferio correcto.
15.7.11
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