Asusto a mis miedos de tanto pensarlos.
Amarro las tormentas al cabecero,
las estudio después de haberlas hecho girar en sentidos opuestos
por la infinitud de los pensamientos naturales,
y creo un vínculo de cadenas de hierro forjado
al estilo de las tardes que no saben de anocheceres ni soles.
2.2.12
0 comentarios